Jueves 17 de marzo
Esta semana, veremos la conocida historia de Jesús calmando la tormenta. La temporada de Cuaresma es a menudo un recordatorio para nosotros de que todos pasamos por tormentas en nuestras vidas, en nuestro mundo y en nuestros corazones. El mismo Jesús que puede calmar una tormenta física también puede calmar las tormentas que nos rodean. A través de esta historia, se nos recuerda que Jesús es el Señor de todos. Él puede calmar cualquier tormenta en nuestras vidas, pero también promete estar con nosotros en medio de lo que se nos presente.
Escrituras para esta semana:
Mateo 8: 23-27, Marcos 4: 35-41, Lucas 8: 22-25
Cuestionando a Jesús en lo desconocido
Laura Beavis (Director de niños)
Cuando Jesús invitó a sus discípulos a cruzar el lago, me pregunté qué preguntas surgieron. Quizás se preguntaban: “¿Qué está haciendo Jesús? ¿Por qué simplemente se alejaría de esta multitud? ”
En su viaje hacia lo desconocido, los discípulos se encontraron en medio de una tormenta con más preguntas. “¿Y si nos ahogamos? ¿Cómo podía estar Jesús dormido? ¿No le importa si morimos? Sin embargo, Jesús no se inmutó por la tormenta y no se dejó intimidar por sus preguntas.
Quizás estamos invitados a experimentar a Jesús en medio de nuestras preguntas e incertidumbres. Las tormentas y las preguntas son inevitables. Pero Jesús nos invita a clamarle honestamente. Jesús puede manejar nuestras preguntas y nos recibe tal como somos, porque nada le es desconocido.
Preguntas para reflexionar:
Piense: ¿Cómo crees que te sentirías si estuvieras en el lugar de los discípulos? ¿Qué podrías haber hecho o dicho si estuvieras allí?
Ore: Pídale al Espíritu Santo que le recuerde una situación en su vida que requiera profundizar su fe. Luego, dedique algún tiempo a buscar su guía sobre cómo puede aprovechar mejor esa circunstancia para crecer.
Responda: ¿Cómo podría el Espíritu Santo invitarte a presentar tus preguntas e incertidumbres a Jesús? ¿Qué te parecería hacer eso esta semana?