Sábado Santo, 16 de abril
La última semana de Cuaresma se llama Semana Santa. Durante esta semana, nos enfocamos en los eventos de los últimos días de Jesús en la tierra. Nuestras lecturas de esta semana serán las descripciones de la crucifixión dadas por cada uno de los escritores de los Evangelios. Nos enfocamos en estos pasajes en particular no para revolcarnos en el dolor y el sufrimiento de ellos, sino para reconocer humildemente hasta dónde llegó Jesús por todos y cada uno de nosotros. Este acto de amor y gracia nos permite reconciliarnos con el Dios que nos ama lo suficiente como para sacrificar a su propio Hijo por nosotros.
Escrituras para esta semana:
Mateo 27: 45-56, Marcos 15: 33-41, Lucas 23: 26-49, Juan 19: 16-38
Jesús en el medio
Steve Mitchell (Anciano en B4 + Director general)
Cada evangelio habla de la crucifixión de Jesús desde una perspectiva diferente. Sin embargo, todos mencionan a los criminales o rebeldes que fueron ejecutados junto con Jesús. Lucas registra su conversación con Cristo en la Cruz con cierto detalle. Cada escritor menciona la posición relativa de los tres hombres crucificados. Sin embargo, solo Juan usa un lenguaje que la NVI traduce como “en el medio”.
Pienselo. Jesús se pone a sí mismo en medio de ese espacio mortal. Jesús ocupa voluntariamente el vacío entre el rechazo y el arrepentimiento (Lucas 23: 39-43), haciéndose disponible y vulnerable al rebelde en todos nosotros. Esa era su forma. Ese sigue siendo su camino. Jesús pone su cuerpo, su reputación, todo lo que tiene, está entre nosotros y todo lo que nos derribaría si no fuera por él.
Siempre está “en el medio”.
Esas son buenas noticias para aquellos de nosotros que estamos plagados de mitades. Soy un genio para encontrarme en una “mitad” oscura y solitario. ¿Y usted? Como los niños pequeños con demasiado tiempo libre y muy poca dirección, nos metemos en problemas. ¿Y sabes quién aparece “en el medio” cuando más lo necesitamos? Sí, lo adivinaste, Jesús.
Preguntas para reflexionar:
Piense: ¿Qué pensamientos u observaciones tienes sobre las interacciones de Jesús con los dos hombres que fueron crucificados con él? ¿Qué opinas del hecho de que Jesús estaba “en el medio”? ¿En qué otro lugar de las Escrituras o en su propia vida ve a Jesús tomando esa posición intermedia?
Ore: recuerde un momento en el que Jesús se colocó “en el medio” por usted y agradézcale en detalle, no porque no lo recuerde, sino porque es bueno para usted oírse a sí mismo alabar su fidelidad con vigor.
Responda: ¿Cómo te involucrarás a diario con esta idea de que Jesús siempre está “en el medio”? Tal vez, escriba la frase “Jesús en el medio” en algún lugar donde la vea con regularidad. Puede escribirlo en el espejo del baño o crear un recordatorio diario en su teléfono. Siempre que vea esas palabras, ¿tomaría un momento para agradecerle e invitarlo a su último “medio”?