Martes 5 de abril
En los pasajes de esta semana, Jesús nos demuestra cómo es la verdadera entrega a Dios. A medida que su tiempo en la tierra llega a su fin, se escapa con sus discípulos para orar. Jesús sabe lo que viene y le pregunta a Dios si hay alguna forma de evitar el dolor y el sufrimiento que sabe que va a soportar. Esto no es una cosa fácil para Jesús. Está en verdadera angustia. Sin embargo, se rinde humildemente a su Padre, diciendo: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”. Jesús es un verdadero ejemplo para nosotros tanto del dolor como de la belleza de la entrega en tiempos difíciles.
Escrituras para esta semana:
Mateo 26: 36-46; Marcos 14: 32-42; Lucas 22: 39-46
comunidad y sufrimiento
Natalie Wang (Miembro de B4 Church, estudiante de Johns Hopkins University)
En estos pasajes, Jesús nos da un ejemplo de cómo podemos superar nuestras propias temporadas de sufrimiento. A menudo me encuentro con ganas de enterrar la cabeza en la arena e ignorar mi situación. Espero que si no lo reconozco, algo que temo no suceda.
En este pasaje, Jesús nos invita a hacer lo más valiente que una persona puede hacer frente a una gran dificultad: llevarle nuestro equipaje en una postura de entrega y confianza. Es cierto que es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Note que Jesús no se escapó al jardín solo en medio de la noche. Trajo a algunos amigos para que le cuidaran las espaldas, tanto física como espiritualmente. Por naturaleza, el dolor y el sufrimiento son aislantes. Nos encierran en un lugar que nos dice que estamos solos y que nadie puede entendernos.
Por supuesto, los discípulos en este caso no son el mejor ejemplo de amigos que luchan con alguien necesitado. Sin embargo, Jesús todavía nos recuerda que la comunidad no se trata solo de celebrar los mejores momentos. También proporciona una base sobre la cual podemos enfrentar los peores momentos.
Preguntas para reflexionar:
Piense: ¿Cómo crees que deberían haber reaccionado los discípulos en esta historia? ¿Qué aprende de este pasaje sobre cómo lidiar con el sufrimiento?
Ore: ¿Tiene preocupaciones o ansiedades que aún no ha llevado a Dios en oración? Dedique algún tiempo a reflexionar sobre cómo podría acercarse a su trono y depositar sus cargas a sus pies.
Responda: Hay temporadas en las que, en lugar de ser el que enfrenta dificultades, se nos pide que formemos parte del reparto secundario. En el pasado, ¿qué tan bien crees que desempeñaste tu papel? ¿Eras como los discípulos en el huerto de Getsemaní? ¿Qué puedes hacer en el futuro (o incluso ahora mismo) para apoyar a las personas que amas mientras superan sus dificultades con el Señor?