Lunes 11 de abril
La última semana de Cuaresma se llama Semana Santa. Durante esta semana, nos enfocamos en los eventos de los últimos días de Jesús en la tierra. Nuestras lecturas de esta semana serán las descripciones de la crucifixión dadas por cada uno de los escritores de los Evangelios. Nos enfocamos en estos pasajes en particular no para revolcarnos en el dolor y el sufrimiento de ellos, sino para reconocer humildemente hasta dónde llegó Jesús por todos y cada uno de nosotros. Este acto de amor y gracia nos permite reconciliarnos con el Dios que nos ama lo suficiente como para sacrificar a su propio Hijo por nosotros.
Escrituras para esta semana:
Mateo 27: 45-56, Marcos 15: 33-41, Lucas 23: 26-49, Juan 19: 16-38
En nombre del amor
Daniel Soto (Traductor de español + Líder de grupo de compañerismo de español)
En Romanos 8: 38-39, Pablo deja en claro que lo que Jesús hizo en la cruz es, sin duda, el mayor acto de amor que ha hecho nuestro creador. Quiere reconciliarse con nosotros, cueste lo que cueste. En su evangelio, Mateo señala que Jesús estaba aquí para ser el portador del gran peso de nuestro pecado. En Mateo 8:17 él hace la conexión con lo que el profeta Isaías había dicho: “Él tomó nuestras debilidades y llevó nuestras dolencias”.
Mateo señala en ese momento de oscuridad que, cuando el cuerpo de Jesús cargaba con nuestros pecados para encontrarse con la muerte, es precedido por su clamor al padre: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Jesús tuvo que morir como un ser humano, de carne y hueso, para reunirnos con el Creador. Hizo esto por amor. Nos amaba tanto, Él quería que estuviéramos limpios para que pudiéramos estar en comunión con él.
Pablo pudo comprender este amor. Lo escribió en una carta para que nunca olvidemos lo importante que es. Que recordemos esta verdad durante esta Semana Santa.
Preguntas para reflexionar:
Piense: ¿Puede visualizar el peso de sus pecados encima del cuerpo de Cristo en esta noche oscura? ¿Está de acuerdo con la convicción de Pablo en Romanos 8: 38-39?
Ore: Exprese su gratitud por el amor que Jesús le mostró en la cruz. Visualice cómo sus viejos pecados están muriendo con el cuerpo de Jesús. Esos pecados nunca podrán separarle del Creador.
Responda: Esta semana, trabaje en memorizar Romanos 8: 38-39 para que esté en su cabeza y en su corazón cuando atraviese tiempos difíciles. También trate de enviar estas palabras a alguien que conozca y que necesite un poco de aliento esta semana.