Miércoles 30 de marzo
A medida que nos acercamos al final de la vida de Jesús en la tierra, nos encontramos con la hermosa historia de Jesús siendo ungido por una mujer en Betania (a quien Juan identifica como María). Esta mujer muestra su amor y adoración a Jesús usando dos cosas preciosas para ungir sus pies: su cabello y un frasco de perfume caro. Cuando otros cuestionan este tratamiento generoso, Jesús les asegura a ella y a los que la rodean que lo que ha hecho es noble y bueno. Esta historia nos recuerda el amor y la adoración debidos al Salvador que lo ha dado todo por nosotros.
Escrituras para esta semana:
Mateo 26: 6-13, Marcos 14: 1-11, Juan 12: 1-11
No reteniendo nada
Anita Mitchell (Anciana de B4)
La mujer de esta historia, identificada por Juan como María, ama a Jesús más que a la mayoría. Ella está dentro. Ella no está reteniendo nada. Ella literalmente derrama el salario de un año en Jesús (Marcos 14: 5), ungiéndolo con un perfume caro en anticipación de su muerte.
La primera respuesta a su devoción por parte de quienes la observaban fue la crítica. Todavía es así hoy. Cuando amas a Jesús más que a nadie ni a nada, a veces te destacarás. No siempre será cómodo, ni siquiera en la iglesia. Tu comportamiento invitará los comentarios. ¿Por qué? Porque los que aman y siguen a Jesús con sinceridad (como los discípulos reunidos cuando María derramó su perfume) a veces critican un amor más extravagante que el suyo.
Jesús reprendió a sus discípulos por sus comentarios críticos. Hizo esto no porque estuviera enojado, sino porque quería que ellos respondieran de todo corazón a Su amor. Eso requiere coraje, del tipo que vemos en María. Cuando derramó ese perfume, es como si estuviera derramando todo su corazón. Ese es nuestro ejemplo. Es por eso que Jesús dijo que lo que ella hizo será recordado para siempre.
Preguntas para reflexionar:
Piense: ¿Qué crees que motivó las acciones de Maria? ¿Qué motivó la respuesta del discípulo a ella? ¿Qué te detiene del tipo de amor y devoción que muestra María? ¿Falta de perdón? ¿Heridas y ofensas? ¿Amargura? ¿Codicia?
Ore: Hoy, pídale a Dios que le revele a quién se parece más en esta historia: María o los discípulos. Ore por una respuesta sincera y sin obstáculos al amor de Jesús por usted.
Responda: ¿Cómo sería para usted responder en el mundo de hoy el amor de Jesús como lo hizo María en esta historia? ¿Qué cosa costosa podría “derramar” por Jesús? Pregúntele con espíritu de oración y haga lo que él diga.